Ante­rior

Dedi­ca­to­ria de la can­ción Las Normas.

Que­ri­da her­ma­na, dicen por ahí que cuan­do una per­so­na mue­re sube al cie­lo. Sin embar­go tú y yo, aje­nos por natu­ra­le­za y edu­ca­ción a reli­gio­nes y creen­cias en gene­ral, tene­mos muy inte­rio­ri­za­do el hecho de que cuan­do uno mue­re… Mue­re. La per­du­ra­bi­li­dad de un ser que­ri­do se expan­de en el espa­cio y tiem­po gra­cias al fres­cor de su recuer­do en el cere­bro de quie­nes le que­rían. Si en algún lugar nues­tra madre está viva, es en noso­tros, en nues­tra psi­que. Al fin y al cabo somos la esen­cia de nues­tros padres, abue­los y cir­cuns­tan­cias, entre otras cosas. Es por ello que esta can­ción te la dedi­co a ti exclu­si­va­men­te. Por­que sí, por­que soy tu her­mano, por nues­tra madre y por­que te quiero.