MRM — Blackbird

Micro­rre­la­to musical

Crosby, Stills & Nash — Blackbird

Cuan­do cono­cí a tu madre pen­sé que, en aquel ins­tan­te subli­me, el mun­do había lle­ga­do a su máxi­mo nivel de per­fec­ción. Ella mira­ba al cie­lo como ena­je­na­da, pues una serie de nubes tren­za­ban capri­cho­sas figu­ras por enci­ma de nues­tras cabe­zas y un sol más rojo que naran­ja las colo­rea­ba con mora­dos y azu­les mori­bun­dos... a pun­to de con­ver­tir­se en noc­tur­nos. Ador­na­da con orquí­deas y flo­res de jaz­mín en el pelo, sos­te­nía con sus dedos sua­ve­men­te entre­la­za­dos un rami­lle­te de pere­jil, sal­via y tomi­llo. El inten­so aro­ma de sus flo­res se unió al de la mez­cla de taba­co per­fu­ma­do que yo fuma­ba en una peque­ña pipa de sán­da­lo que aca­ba­ba de com­prar aque­lla mis­ma tar­de. Me que­dé petri­fi­ca­do. De mis labios col­ga­ba la pipa y por muy poco no se hun­dió en el barro que pisá­ba­mos. Ella la cazó al caer. Se dio cuen­ta, al bajar la vis­ta del cie­lo, que jus­to delan­te tenía a otro ena­je­na­do que había per­di­do el con­trol de sus pro­pios labios.

Tomó la peque­ña pipa y fumó...

–Sabe a sán­da­lo – me dijo.

Aque­llas fue­ron sus pri­me­ras pala­bras y para cuan­do me qui­se dar cuen­ta... habían pasa­do horas... Crosby, Stills and Nash toca­ban enton­ces su ver­sión de Black­bird. No he vuel­to a pasar una sola noche lejos de ella.

http://www.youtube.com/watch?v=BxUG5AiHgdo