Alda Alegría Celeste Torres Vieira...
Qué injusta ha sido la vida contigo… encarcelada en vida, como tantas otras mujeres de tu generación.
El amor que todos nosotros hemos tenido por ti era verdadero, sigue siendo verdadero. Al menos ya no seguirás sufriendo más, postrada en esas condiciones. Qué injusta ha sido la vida contigo… tanto que desmoraliza.
Tu sonrisa afable, siempre cariñosa, siempre atenta, siempre ahí… «duerme con sosiego» me decías. Es una expresión que en castellano no dice mucho, y en portugués está llena de matices… más si la dices tú. El vasito de leche templada antes de acostarme, las tostadas en aquel plato rojo… «o sorvete» casero… tus manos, tu piel. Qué injusta ha sido la vida contigo.
Ángel de la guarda de tus hijos, lo diste todo… tu vida entera, ni más ni menos.
Estoy muy triste. Estoy muy triste quizá no tanto porque hayas fallecido a tu edad que, en cierto modo, habrá sido una liberación… estoy muy triste por lo injusta que ha sido la vida contigo. De veras lo estoy. Secuestrada en vida, psicológicamente encarcelada. Te liberabas dando cariño a los tuyos.
Un día como otro cualquiera, conseguiste llamarme desde Portugal sin que tu marido te escuchara —porque no te dejaba hacer llamadas internacionales—… tus palabras y tu actitud me emocionaron tanto que tuve que anotar rápidamente en un papel nuestra conversación, para que no se me olvidara. Con esas mismas palabras tuyas compuse tú canción, Para te acompanhar.
Podría ahorrarme este post en el blog de mi proyecto musical… muchas personas no lo entenderán… pero yo sí lo entiendo; nadie te dedicó nunca nada, tu precioso nombre ha pasado desapercibido a lo largo de toda tu vida… porque fuiste invisible, un cero a la izquierda… salvo, eso sí, para nosotros. Por eso fuiste la primera… la primera a quien dediqué una canción… para que, un día, tus palabras de afecto quedaran inmortalizadas para siempre en algo que otras personas podrían escuchar. Esas personas sabrán de ti… tu afecto no habrá sido en vano y, de alguna manera, servirá para que tu existencia no caiga en el olvido tan injustamente. Porque, avozinha, qué injusta ha sido la vida contigo.
Echaré mucho de menos tu cariño, tu mirada de entusiasmo al verme… jamás olvidaré eso. Con la pérdida de ciertas personas es mejor no dejar lágrima en el tintero… si se hace, se arrastra para siempre.
Queda pues la música, y tu propia voz para siempre en ella. No fui capaz de encontrar otra forma de intentar inmortalizarte… es lo único que estaba en mis manos y con todo, no deja de ser un intento… soy nada y nadie y que así siga siendo; pero ahí queda la música… los músicos del proyecto Triolocría lamentarán recibir esta noticia, les gustaba oír tu voz. Les gustaba tu canción.
Descansa em paz avozinha Alda, vou ter muitas saudades tuas de aqui em diante. O mundo será menos carinhoso sem te ouvir de vez enquando. «Para mim és das primeiras, e eu estou longe... muito longe, não posso lá estar... por isso cá te mando estas letrinhas desta forma original... para te acompanhar».