MRM — Farewell San Francisco

Micro­rre­la­to musical

Farewell San Francisco, Chet Baker

En la barra había dos ami­gas sen­ta­das cuyas nal­gas reba­sa­ban los lími­tes de los tabu­re­tes acol­cha­dos. Curio­sa­men­te, ambas ves­tían dos tra­jes de un color bas­tan­te seme­jan­te y des­lu­ci­do, un color que casa­ba fran­ca­men­te bien con el ambien­te deca­den­te del lugar. Al sen­tar­me en la barra pre­gun­té al cama­re­ro, que con­ver­sa­ba ani­ma­da­men­te con las dos muje­res, si era cos­tum­bre de la casa uti­li­zar el ter­cio­pe­lo has­ta en los posa­va­sos... a lo que él con­tes­tó: ¿aca­so cono­ce usted mejor mate­rial para un sitio aca­ba­do? Y lo cier­to es que ante tal obvie­dad no pude más que reac­cio­nar pidien­do un tri­ple seco, Coin­treau a ser posi­ble. Las dos ami­gas aga­rra­ron sus tabu­re­tes y los colo­ca­ron a mi lado... uno a cada lado, para ser exac­tos. Esta­ban deci­di­das a diver­tir­se a mi cos­ta aque­lla noche... tam­po­co es que me importara.